salsipuedes

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Friday, March 14, 2003


número cinco
esa noche, la última, llegó una mujer que le besaba las manos y le llamaba su angel. más lastimosa que sorprendida, ella trataba de explicarle que no era esa persona que la mujer buscaba... bailaron juntas dos o tres canciones de rockola de tango.
la mujer tenía un nudo de lágrimas en la garganta. a ella, se le quitaron las ganas de bailar. se des_en_borrachó.
ni ella ni nadie pudo haber imaginado que pasaría tantas noches, desobligadamente, de farra, entre putas y drogadictos de todos los calibres... tan caóticamente feliz, absorbiéndolos todos, devorándolos para después hacerlos parte de su ficción secreta, la que se imaginaba todo el tiempo.
-tanto que he llorado por ti- decía.
ella trataba de quitarle los ojos a la pareja de la barra que fajaba sin ningún recato. quería llorar. pensaba otra vez, en su abuela. esa mujer podía haber sido su abuela.
si aquella ciudad mojada no le hubiera oxidado las ganas, si el pequeño puerto no fuera y su abuela fuera lo que fuera esa mujer. esa mujer sería su abuela.
luego de tanto humo fermentado descubre las manos de él, otra vez, y se olvida, otra vez, y sólo por un momento, de la locura y la genética derivadas.


Wednesday, March 12, 2003


número cuatro
mientras esther coronaba el frondoso árbol familiar -lleno de hembras-, (esther: mujer fuerte, mirada fija, labios delgados, rebosantes de determinación) se empeñó incansablemente en apagarle el fuego a sus ojos.
ella, jugaba a ser libre, a romper/ser una ola, ser el viento...ser.
no lo logró.


Tuesday, March 11, 2003


número tres
invariablemente recuerda la voz, cada vez que se acerca el verano.
las entradas de luz de la casa nueva se iluminan casi igual que las de esas tardes de junio,
frescas tardes de costa.
ana, en cambio, recuerda callada las tardes heladas en el internado, las recuerda no queriendo siquiera pensarlas en voz baja.
las melancólicas olas grises de la bahía, los modales, el tiempo, el joven rubio de uniforme- ese que llegó de pronto, el enamorador-, las monjas, las buenas costumbres. se preguntará ahora, infinitamente sentada en su sillón de humo, divagando entre paredes azules, tomando una a una las cápsulas y pastillas de prescripción ...dónde quedó la pasión?
ana : soledad inmensa que no logra saciarse con dos jarras de café + altas dosis de litio + nicotina al por mayor : nada, todo sigue igual, paralizado, inmóvil, callado,
ana sigue sola.


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